Asesino Piqué.

Tras su brutal entrada al jugador del Getafe Rafa en su partido de la semana pasada, el Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol sólo ha castigado con un único y miserable partido al jugador blaugrana.
El Villarato está dando sus frutos y el señor Piqué se ha librado de una justa sanción por una agresión tipificada en el Código Penal como delito.
Fuentes fidedignas consultadas por este periódico aseguran que si el jugador no llega a ser del F.C. Barcelona, la Federación hubiera propuesto la expulsión de la liga de semejante ser, o como mal menor, la jubilación anticipada hasta los 67 años, momento en que podría volver a iniciar su carrera deportiva.
Es más, analizado el video una 27 veces en compañía del Psicólogo y analista deportivo Fran Franchute, ciego desde los 2 años, éste manifiesta que sin duda alguna, su intención era la de lesionar al jugador, que esto lo ha deducido por la expresión de su cara, la forma en que se tira, su mirada descontrolada, por la tonalidad de su uña y por la forma en que llevaba colocadas las medias, que denotan un claro enfado y una actitud agresiva y vengativa con su oponente. Si a esto añadimos que uno de los pelos de su barba se descontrola, provocó en él esa reacción tan brutal con claros síntomas de agresión y ganas de lesionar.
Este agresivo jugador ha demostrado su brutalidad en ocasiones anteriores, como cuando de pequeño, estando en primero de la E.G.B., un chaval de 5º le quitó el bocadillo, siendo su reacción de un total enfado y lloriqueo parcial.
Vistos estos antecedentes, es de extrañar que la Federación continúe permitiendo que este tipo de jugadores campen a sus anchas por los campos de fútbol de nuestro país.
Indudablemente, si Piqué fuera jugador blanco, la Federación hubiera propuesto su extradición a Etiopía y la consiguiente expulsión de nuestro país, puesto que hace unos 500.000 años, un antepasado suyo entró de manera ilegal en nuestras fronteras.
Ya está bien de discriminaciones, de injusticias y mentiras, es incomprensible que el “narizazo” dado por Mtiliga a Cristiano Ronaldo en su codo quede impune, y que este asesinato fallido con nocturnidad y alevosía quede sancionado con un único partido, como se notan los colores y las diferencias a la hora de medir a unos y otros.